Científicos de la Universidad Autónoma de Madrid, dirigidos por Amadeo Vázquez de Parga, han combinado silicio y plomo para crear la superficie más suave del mundo. Usando temperaturas entre -173 y -133 °C para alterar las propiedades cuánticas de los electrones en la dirección de la fina película de plomo sobre la superficie de silicio logrando una capa de espesor uniforme super-suave. Luego "se calienta la muestra lentamente hasta la temperatura ambiente" Esperan aplicarlo en la fabricación de una nueva generación de microscopios.
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