Ni Picasso, ni Van Gogh, ni Hirst, ni Koons... De hecho, ni siquiera sabemos el nombre de su creador. La estrella de la subasta celebrada el miércoles en la sala Sotheby´s de Nueva York fue una leona de apenas ocho centímetros de altura, por la que pugnaron cinco coleccionistas.La «leona Guennol» -así se la conoce- tiene sólo dos patas, mira sobre su hombro izquierdo y aparece con sus garras apretadas frente a su pecho. Es una de las últimas obras de arte de la antigua Mesopotamia que aún permanecía en manos privadas
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