Christina Turner temía haberse contagiado de SIDA tras ser drogada por dos hombres. Ella pensó que estaba tomando las precauciones adecuadas cuando su médico le prescribió medicamentos contra el SIDA durante un mes. Pero meses más tarde, cuando perdió su seguro de salud y solicitó una nueva cobertura se encontró con un problema: las compañías de seguros médicos revisan su historial médico y al ver los medicamentos antiVIH le dicen que es una condición preexistente y que reconsiderarían asegurarla dentro de 3 o 4 años si no desarrolla el SIDA.
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