Los hechos tuvieron lugar el 10 de abril de 2005, cuando el acusado, camarero de un bar de Pamplona, se percató de que el envase que contenía el líquido detergente para lavavajillas estaba agujereado por lo que, para evitar que se perdiese, lo envasó en una botella de mosto que estaba vacía, sin rotularla de ninguna manera para diferenciarla y sin avisar a sus compañeros. Nada más tomar un trago la clienta comenzó a sentir un intenso ardor en el estómago, con vómitos de sangre. Pagará ahora 140.000 euros de indemnización.
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