Kevin Kiley, director de Salud Pública del Ejército de Estados Unidos, ha dimitido hoy por el escándalo del hospital militar de Walter Reed. Un centro médico, donde se atiende a los soldados heridos en las guerras de Irak y Afganistán, que no cumple prácticamente ninguna de las normas higiénicas y sanitarias mínimas. Incluso las ratas y las cucarachas pasean por habitaciones y pasillos.
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