edición general
9 meneos
152 clics

El diseñador poco inteligente: manos como pies

Cabría pensar que nuestras manos, unas herramientas que han permitido pintar la Capilla Sixtina, esculpir el Discóbolo o construir la Estación Espacial Internacional deben su perfección a un diseño impecable, a un funcionamiento óptimo y, por ende, a un plan preestablecido de construcción. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Y es que nuestros brazos son patas; patas muy modificadas, pero patas al fin y al cabo. Provienen de las antiguas extremidades anteriores de nuestros ancestros cuadrúpedos, desarrolladas

| etiquetas: ciencia , manos , pies , evolución

menéame