«Hemos utilizado un 'software' similar al del helicóptero de tráfico, y le hemos aumentado el zoom gracias a una aplicación de la cámara de fotos del iPhone, que sirve para fijar el objetivo en la matrícula y evitar que la imagen salga borrosa», según detalla Alejandro, el informático. Con solo 17 años, su identidad debe de permanecer en el anonimato, debido a que colabora con la Guardia Civil desde octubre de 2010. El velocímetro de estos dos murcianos tiene un coste de 60 euros, frente a los 60.000 euros que le supone a la DGT
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