Cuando se descubrió un crucifijo que goteaba agua en una iglesia católica en un suburbio de Mumbai, los fieles y autoridades eclesiásticas locales no tardaron en calificarlo de "milagro" provocando una ola de peregrinaciones a la zona. Sanal Edamaruku, presidente de la Asociación Racionalista India, se desplazó a la zona y demostró que el "milagro" de debía a una fuga de un retrete en un piso superior. Organizaciones religiosas locales lo han demandado por blasfemia y por esparcir sentimientos anticatólicos.
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