Relato del asombroso proceso que siguió un grupo de entomólogos para sacar un molde de un gigantesco nido hormiguero de más de 50 metros cuadrados y 8 de profundidad con kilómetros de túneles e infinitas cavidades. Para ello estuvieron 3 días vertiendo cemento de secado lento, esperaron un mes y excavaron durante semanas. El resultado simplemente maravilloso: una complejísima megalópolis subterránea pensada hasta el último detalle (conductos de ventilación, depósitos de larvas, cámaras para almacenar comida...).
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