El gobierno de Ecuador manifestó hoy sus reservas frente a una ONG de derechos humanos, "con sede en Miami y vinculada al Partido Republicano", que abrió oficinas en Quito para seguir entre otros el caso de una ex prefecta detenida que considera "prisionera política." "Vemos con reserva y con cierta preocupación la clara tendencia política de esta organización. Creemos que las organizaciones de DDHH en su trabajo deben ser cuidadosas, deben atenerse a los hechos y al sentido de elemental justicia". La susodicha:
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