Desde que Kosovo accedió a la independencia en el 2008, España se ha mantenido como uno de los cinco únicos países de la UE que no ha reconocido al nuevo Estado, un posicionamiento que provoca incomodidad diplomática cada vez que se trata el tema en el marco europeo. En el Ministerio de Asuntos Exteriores reconocen que esta situación supone un problema. “Kosovo es una chinita en el zapato”, indican fuentes diplomáticas, añadiendo que, con la llegada de la nueva ministra han puesto a todo el equipo a trabajar para ver qué soluciones se encuentra
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