El anterior Govern del PP pagó casi medio millón de euros a la empresa hotelera Sol Meliá por el alquiler de un edificio que nunca se llegó a utilizar. Aunque inicialmente debía acoger a la nueva conselleria de Inmigración, las carísimas reformas a realizar provocaron el que el inmueble haya seguido vacío pese a abonarse la cuota acordada, hasta que el nuevo Ejecutivo autonómico ha decidido rescindir el contrato.
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