El jefe de los nukak, un pueblo indígena de la selava de Colombia, se ha suicidado ante la visión de cómo desaparece su pueblo. La impasividad de nuestra civilización ante la pérdida de éstas culturas, contrasta con la pasión por conservar otras cosas más banales. Torturados, asesinados, y finalmente expulsados de sus tierras, Rosa Montero nos llama la atención ante ésta barbarie consentida.
|
etiquetas: extinción pueblos indígenas