Apreciada por su rareza y su aroma, y con este último verano seco, la recolección de trufa blanca es escasa este año, llevando los precios a los 5000 euros por kilo. Restauradores de la UE y EEUU, enfrentándose a una creciente competencia de chefs rusos y del lejano oriente, se ven obligados a cavar más hondo para obtener su preciada Tuber magnatum, casi exclusiva de Piamonte (Italia) e Istria (Croacia). Curiosidad: su esencia tiene similitudes moleculares con la hormona sexual del cerdo macho, por eso se usan las hembras para encontrarlas.
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