En la calle de San Miguel del barrio del Zapillo, escenario de uno de los episodios más oscuros de la transición en la provincia de Almería, ya no existe la terraza de verano ni el muro donde el joven almeriense, Javier Verdejo dejó impreso en rojo parte de un mensaje inacabado Pan, T (Trabajo y Libertad), antes de caer abatido por el disparo de un miembro de la Guardia Civil adscrito a la 212 comandancia de Almería, quien separado del cuerpo pasó los últimos años de su vida en la barriada del Alquian.
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