Dijo Jiménez Becerril que las palabras que dijo el etarra cuando mataron a su familia, sobre que sus caras desencajadas y sus lágrimas serían sus risas y acabaría a carcajada limpia, "es la verdad, él ha acabado riéndose y nosotros mirándole". Recordó el dolor que sintió cada vez que Rubalcaba hablaba de "motivos humanitarios" en referencia a De Juana y la "desesperación" cada vez que decían que lo iban a soltar. "Quien crea que este hombre ha pagado sus deudas con la justicia, no sabe lo que dice. Rotundamente no."
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