El Tribunal Supremo ha condenado a la Generalitat de Cataluña a indemnizarlo con 327 mil euros, pues el joven de 24 años, soldador de profesión, le recetaron colirio y le dieron la baja cuando le deberían haber atendido mejor, tampoco le concertaron otra visita para seguir su estado. Cuando el joven se da de alta se percata que se está quedando ciego, y así fue, perdió practicamente toda la visión.
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