Con Miguel Blesa que hasta Esperanza Aguirre, nada sospechosa precisamente de perseguir a los amigos de Aznar, se asustó y decidió cortarle la cabeza no sin antes tener que enfrentarse al expresidente. Se llevó una millonada obscena en indemnizaciones. Una comisión de investigación debe determinar cuánto dinero de los impositores se llegó este sinvergüenza aznarista y cuánto dio a sus amigotes sin causa alguna. Luego Rato, porque Rajoy quiso, y tampoco puede decirse que eso mejoró. José Luis Olivas es otro que debería vestir uniforme a rayas.
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