[c&p] Hasta hace bastante poco, las cartas eran el modo más habitual -y con frecuencia el único- en que los científicos se comunicaban informalmente entre ellos. Por tanto, no es sorprendente que los historiadores de la ciencia hayan recurrido durante mucho tiempo a las cartas como inestimables fuentes de información. Un impresionante ejemplo trata sobre la ahora famosa reunión mantenida en septiembre de 1941 entre Werner Heisenberg y Niels Bohr en la Dinamarca ocupada por los nazis.
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