POR JOSÉ CARLOS GARCÍA FAJARDO *. “Algunos fanáticos condenan el uso del preservativo, recomiendan la castidad, se oponen a la educación sexual y soslayan que la sexualidad no tiene como único fin la procreación. Sostener que a los hijos los envía el Cielo, que vienen con un pan debajo del brazo y que cuantos más, mejor es propio de sociedades agrarias muy primitivas en las que hacían falta brazos para trabajar”.
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