Los egipcios acaban de demostrar tras quince días de insurrección que forman parte de los pueblos que hacen historia. Esto nos alegra. No tiene por qué reemplazarse una dictadura férrea por una dictadura blanda, ni dejar al imperialismo dictar su voluntad al mundo árabe. Las fuerzas progresistas europeas deben estar al lado de este movimiento popular revolucionario. Las instituciones europeas deben revisar totalmente las relaciones de con todo el mundo árabe pare inventunas nuevas , basadas en la cooperación y el servicio de los pueblos.
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