Al pasar junto a la enorme montaña de tierra, hasta los propios agentes creían que pertenecía al tajo de Ikea. Pero el trasiego de camiones no era normal. La Policía Local comprobó que lo que parecía ser material destinado a la construcción de la plataforma comercial era en realidad una planta de tratamiento de áridos, que aprovechó las obras de Ikea para pasar inadvertida
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