Cuando se trata de un acto multitudinario en el que la presidenta de Castilla-La Mancha prevé que tendrá que mezclarse entre los ciudadanos, huye despavorida y cuanto más lejos mejor. A María Dolores de Cospedal no le gustan los baños de multitudes, no lleva demasiado bien que los ciudadanos, aprovechando su escasa presencia por nuestra Comunidad Autónoma le hagan alguna crítica sobre su papel al frente del Gobierno regional.
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