Hasta hace muy poco, se decía que el gran enemigo del Gran Hermano era la acumulación de información, imposible de gestionar caso por caso. ¿Cuántos ojos hacen falta para vigilar lo que registran los cientos de cámaras que vigilan las ciudades? La tecnología, en este caso, está haciendo el trabajo sucio y facilitará la tarea a los vigilantes de manera muy notable.
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etiquetas: vigilancia , gran hermano. 1984