También en Ucrania... ¡Seguid al dinero!

Hoy se ha publicado, y ha sido en Menéame y no en un medio profesional, uno de los análisis más certeros de las causas de la guerra de Ucrania. Poco hay que añadir a lo que el autor describe, y menos aún a su metodología, que escudriña los incentivos de que cada cual se comporta como se comporta.

Si nos diese ahora por buscar una solución, o por tratar de anticipar el camino de salida, hay que trabajar con las mismas herramientas: seguir, nuevamente, al dinero.

Uno de los mayores errores que estamos cometiendo, de nuevo, es decir que Fulano o Mengano están locos, que les dio un pronto y que la armaron. No es así para nada. Ni en este caso, ni en prácticamente ninguno. Donde vemos cerrilidad o megalomanía, siempre hay una parte de malas cartas y necesidad imperiosa de jugarlas lo mejor que se pueda.

Por ejemplo, con el tiempo, todos estamos viendo que los ayatollahs iraníes no estaban locos, ni medio locos, enfrentándose a Sadam Hussein y haciendo lo humanamente posible por conseguir la bomba atomica. Porque mira lo que le ha pasado a todo el que no la tenía e incomodaba a los americanos o los israelíes. Sadam está muerto. Gadafi está muerto. Al Assad se libró por un pelo, y ya veremos aún en qué para. Pero los ayatollahs ahí siguen. Nos caen como el culo, sí, pero ha quedado claro que los barbudos cabrones tenían sus motivos.

¿Y Corea del Norte? ¿Por qué se pasa la vida intentando demostrar que está loco, tiene armaas atómicas y misiles para lanzarlas? ¿porque el Kim está loco? ¿O porque sabe lo que pasaría si no simulase estar loco? Puede ser un hijoputa licenciado en Oxford, pero no un chiflado escapado de un tomo inédito de Harry Potter.

Pues con Putin pasa igual. Después de más de veinte años mandando en un país como Rusia, no se volvió tarumba una mañana y decidió traer la guerra a Europa. Con mejor o peor ojo, con cálculos reales o errados, echó cuentas y vio que elegir entre lo malo y lo peor. Conocedor del juego del ajedrez, comprendió que la posición a la que lo arrastraba el juego era claramente perdedora y tenía que hacer algo para intentar al menos las tablas.

Y ha intentado, creo, un gambito: entrega de material para ganar posición. Ha intentado, creo, imponer pérdidas, para que haya más gente preocupada con sus propias preocupaciones, en vez de vecinos indiferentes a sus exigencias y temores.

Así, creo yo, la solución de esta guerra pasa, como su inicio, por buscar al dinero.

-Los EEUU necesitan que el petróleo suba, porque sólo por encima de los 100€ se puede rentabilizar el fracking. Si además se vende, y muy caro, el gas natural, que es el principal subproducto del fracking, el combo es brutal. Cualquier cosa que haga bajar el petróleo acercará la paz. Pero no esperemos nada de eso.

-¿Quién más produce los insumos agrarios que normalmente exportar Rusia y Ucrania? Pues mira , sí: lo habéis acertado. Estdos Unidos, Brasil, Argentina y unos pocos países más. Pero no Europa, que se verá copn el agua al cuello. Pero no África, que tendrá suerte si lo que le llega al cuello es sólo agua.

-¿Qué va a pasar con el problema de los contendores y las cadenas de suministros? ¿Nadie se había dado cuenta de lo tensionadas que ya estaban? ¿No habían sumido ya todas las materias primas antes de la guerra? Pues ahora resulta que dos exportadores netos de materias primas están fuera del tablero, y que sólo los agentes que dispongan de sus propias materias primas podrán seguir en el juego. Y Europa no está entre ellos. Ni Japón. ¡Qué mala suerte! Lebensraum, se llamaba eso, y la palabra es de infausta memoria, pero no equivocada.

-Cuanto más larga sea la guerra, más armas se venderán y más países se comprometerán a engordar su presupuesto de defensa. Pero, a ver, ¿que es eso de aumentar el presupuesto de defensa? ¿Tenemos fábricas de armas? Bueno, algunas sí. Los alemanes pueden ponerse a fabricar panzer como si no hubiese un mañana, y los franceses aviones, y nosotros alguna fragata, pero todos sabemos a dónde irá la parte gruesa de ese aumento del presupuesto. ¿Va a ser el proveedor de confetti el que trate de acortar las fiestas? Venga hombre...

Si queremos una solución, amigos, tenemos que buscarla a través del dinero. Europa puede poner fin a la guerra abriendo Nordstream y comprando gas ruso, petróleo ruso y trigo ucraniano, y no con sanciones que perjudican tanto al que las impone como al que las recibe. Suena mal. Suena a premiar al agresor. Suena a bajada de pantalones. Puede que lo sea, muy probablemente lo es, pero es que ya hace años que estábamos imponiendo esas sanciones y no colaboró a la paz. No colaboró una puta mierda a la paz. Hay que repetirlo. Redoblarlas, lo ùnico que va a suponer es que Rusia tenga cada día menos que perder y se pueda volver más agresiva. ¿Por qué puñetero motivo no van a atacar Lituania, por ejemplo, si las sanciones ya son insoportables y la amenaza nuclear es creíble? ¿Por qué no van a arrastrar a todo el mundo la destrucción si todo el mundo está pensando en arrastrarlos a ellos a la ruina?

Seguir al dinero no sólo significa seguir el rastro del que lo gana, sino también el reguero de sangre del que lo pierde. Europa se desangra en esta guerra. Rusia se desangra en esta guerra. Ucrania se desangra en esta guerra. A lo mejor, lo único que queda es que los perdedores se sienten para restañar sus heridas. Pero sin preguntar su opinión a los que no están perdiendo. A esos, desde luego, la paz no les interesa.

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Y por cierto, un epílogo: a @Res_Cogitans, autor del artículo que menciono al principio, me gustaría añadirle un actor: China. ¿Hemos calculado lo que gana y lo que pierde China en este escenario? Porque siguiendo al dinero yo lo veo de primer ganador neto, casi por delante de EEUU. Las sanciones echan a Rusia en sus brazos, casi sin condiciones, lo que podría poner fin a la hegemonía del Dólar, abrir a China las fuentes de materias primas y redoblar la decadencia americana. ¿Cómo lo ves?