No quiere ser esclavo del prestigio que supone una medalla tan centelleante en su delantal. Borràs se ha recuperado de un tumor cerebral tras superar una operación a vida o muerte en febrero y los médicos le han pedido que se tome la vida con calma. Y eso pasa por apagar la estrella. "Es un planteamiento de vida nuevo. Le vi las orejas al lobo, tengo 41 años y quiero disfrutar de mi hijo".
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