Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Esos son los gigantes gaseosos, los cuatro pesos pesados de nuestro sistema solar. Pero ¿pudo éste albergar otro planeta de ese tipo en el pasado? Un nuevo estudio de David Nesvorný sugiere que sí. Usando simulaciones por computadora de la evolución del joven sistema solar, el investigador del Southwest Research Institute de Boulder, Colorado, concluye que un quinto gigante de gas es necesario para explicar cómo se llegó a la actual distribución de órbitas planetarias. Artículo en inglés.
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