Sin ambages, oiga, pero es que si alguien me dice que esto es una preciosidad y que no tiene nada que envidiar al (ah, espera, que me refocilo otra vez) Aston Martin Vanquish, pues nada, para él la peseta. Su propietario dice que lo vende por 3.000 dolores, y que con la de horas que le costó reconstruirlo… Vamos, que el precio es innegociable.
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