Pan de trigo, de avena, de centeno o de espelta; también pan sin gluten, de masa madre, de chía, de sésamo o de kamut. La lista es larga y las dudas de los consumidores, muchas. Cada vez más, los supermercados tienen que dedicar un hueco mayor a los diferentes tipos de panes disponibles. La oferta es tan amplia que no existe una necesidad que no quede cubierta. Ahora bien, el problema aparece cuando el usuario no sabe qué comprar.
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Una panificadora no es necesaria. Te ayuda, eso sí, pero si primero aprendes a hacer pan sin nada más que tus manos y un horno (y es mucho más fácil de lo que parece), luego sabrás sacarle mejor partido y detectar errores.
Los panes en general son mucho más agradecidos y tolerantes a errores que por ejemplo la repostería.
Busca tutoriales sobre cómo empezar de Ibán Yarza, lo explica todo muy bien.
es.m.wikipedia.org/wiki/Alveógrafo_de_Chopin