El cambio entre tres formas podría tener numerosas aplicaciones. Así, por ejemplo, en las fábricas se podrían usar "broches" de plástico "inteligente" para ensamblar piezas. Se implantarían en un componente, se les calentaría para que extendiesen un brazo hacia otra parte, y por último se agregaría más calor para que el broche cambiase de forma una vez más con el fin de cerrarse definitivamente en el punto de unión. Ésta sería una forma automatizada de autoensamblaje.
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