Yo nunca había visto tanta gente sonriente en Londres. Banksy, el desconocido más famoso del mundo, decidió que la pared del edificio donde vivo era el escenario perfecto para su mural más reciente. Desde que la pintura apareció el domingo, la gente se amontona en mi ventana, me sonríen y me miran con cara de "¿puedo entrar al jardín y tomarme una foto?". Entonces yo asumo que el Banksy es mío, así que les digo que sí, que se tomen todas las fotos que quieran. Tampoco había visto a tantos londinenses tan conversadores.
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genteindividuos de nuestra especie.¡Cómo se les ocurre disfrutar del arte! Eso es cosa de museos, de perroflautas y burgueses. Los ciudadanos de verdad ven fúrgol y toros. Bueno, toros allí no. Si fúrgol raro, el que juegan con un melón
Ya lo asume, pero al menos disfruta el tránsito.
Buen relato.
Meneo