Artesanía anacrónica. La reproducción arqueológica de escudos en tiempos modernos

Hola meneantes. He sido presionado y casi coaccionado por varios meneantes a hacer este articulo.

Mi nombre es S. Escudero y, de un modo bastante irónico, mi apellido define mi hobby y profesión. Me dedico principalmente a realizar reproducciones arqueológicas de objetos antiguos, centrándome especialmente en el mundo romano. Los escudos son mi principal punto de interés, abarcando el 95% de mi trabajo. Aunque me especializo en escudos romanos, también creo otros objetos del mundo antiguo, como tablas de cera (una especie de libreta para escritura), herramientas y rudis (espadas de madera de entrenamiento), entre otras cosas. Aunque "profesionalmente" es casi un decir, ya que define más la calidad de mi trabajo, el esfuerzo y las horas de investigación invertidas que un aspecto laboral clásico. Pero mejor empecemos por el principio, ¿no?

Mi interés por la historia y Roma comenzó a los 13 años, cuando nos hablaron de Roma y Grecia de manera superficial. Supongo que lo que suele llamar más la atención es el ejército. Como muchos, tenía la idea preconcebida y errónea de que las legiones estaban compuestas por soldados idénticamente uniformados y lucían como en el siglo I d.C., con su escudo rectangular, lorica segmentata, etc. Esta idea se quedó en el olvido durante unos años.

A los 16 años, empecé a trabajar con mi padre en su carpintería. Este conocimiento serviría como una base mínima para lo que haría más adelante. Durante ese tiempo, hice, o más bien me hicieron, mi primer escudo "romano". Era grande, rectangular y construido de manera bastante tosca.

Años después, descubrí junto a un colega el blog de Axil, el Blindado Personal. Su blog despertó mi interés en la cota de malla y en los escudos gracias a sus tutoriales y las narrativas de su experiencia. Gracias a eso, empecé a hacer mis primeros escudos de una manera más refinada, aunque aún rudimentaria.

Después de un año, dejé todo esto en el olvido durante muchos años más, hasta que un evento significativo en mi vida me llevó a crear en Facebook la que sería mi página, Ars Scutae (si hay un latinista en la sala, le pido piedad). Alrededor de ese tiempo, me uní a mi primer grupo de recreación histórica y fabriqué mis primeros tres escudos de manera más seria: dos escudos vikingos para unos amigos y mi primer escudo romano laminado, es decir, fabricado con finas láminas de madera. Cabe decir que en esos momentos no contaba con ningún conocimiento arqueológico.

Mi primer escudo. Grueso, muy pesado y muy poco preciso arqueológicamente.

A partir de ahí, y de manera muy gradual, empecé a fabricar escudos para otras personas, a aprender desde un punto de vista manual y a darme a conocer. Aunque mi habilidad manual era alta y el conocimiento que tenía en madera y carpintería gracias a mi padre eran una gran base, no fue hasta la cuarentena del COVID cuando comencé a leer artículos sobre hallazgos arqueológicos. Realmente me volaron la cabeza, me di cuenta de cuántas cosas no estaba haciendo correctamente y aprendí el método correcto, a investigar fuentes y a tener una metodología mucho más seria y profesional. Esto supuso un gran punto de inflexión, que me permitió, con el tiempo, ponerme la etiqueta de profesional. Hoy día probablemente haya leído casi el 90% de la literatura especializada sobre hallazgos de escudos romanos.

En gran medida, mi aprendizaje como artesano a nivel manual se originó en la carpintería de mi padre, pero el conocimiento arqueológico y cómo lo apliqué fue logrado en gran medida a través del estudio y el esfuerzo, aunque en alguna ocasión otras personas me han ofrecido su conocimiento sobre el uso de algunos materiales, con los cuales siempre estaré en gratitud.

Hoy día tengo un enfoque muy académico sobre la materia, me volví una rata de biblioteca y en algún momento espero publicar mi primer paper sobre escudos.

Un amigo mío posando con mi Opus Magnum basado en el ejemplar arqueológico de Fayum, recientemente terminado.

En cuanto a los materiales empleados arqueológicamente en escudos, usualmente se componen de madera (ligeras y flexibles normalmente), piel (cruda y curtida), textil en ocasiones, hierro y aleación de cobre (latón y bronce), pegamento (caseína y de animales), y pintura hecha con diversos aglutinantes y pigmentos y tintes (naturales y sintéticos). A grandes rasgos son los que yo empleo, aunque también uso materiales mas modernos como contrachapado y cola blanca.

Algunos de estos materiales es difícil de conseguir, y difícil también significa caro. Las madeiras idóneas para la fabricación de escudos, que son las arqueológicamente demostradas en restos arqueológicos, son maderas de poco uso comercial. Actualmente empleo álamo español. El álamo en contexto romano es la más usual, pero quisiera conseguir sauce y algo de aliso para otros menesteres. Las pieles crudas de gran tamaño son otro asunto delicado. Son extremadamente caras y generalmente, cuanto más grande es el animal, más gruesa es la piel, y requiero pieles finísimas, de alrededor de 0,5mm. Comercialmente son muy raras de ver y los curtidores y productores artesanales son muy costosos, más si añadimos el proceso de rebajar de grosor la piel. El hierro (o bronce) de producción artesanal a partir de mineral es otro elemento realmente costoso y que pocos herreros en Europa producen, pero el empleo de esto es algo que casi nunca me piden mis clientes, precisamente por eso.

El tiempo necesario para hacer un escudo es difícil de calcular. Por un lado la investigación arqueológica general sobre como son los escudos romanos es trabajo de muchos años, y cuando me piden replicar unos restos en especifico como en mi último trabajo son otros pocos meses extra para repasar ciertos textos, comparar textos con imágenes, hacer un análisis forense de ellas, detectar errores en la publicación, idear como se construye y encajar las piezas de un rompecabezas mental. En cuanto al tiempo empleado trabajando con las manos, nuevamente, es difícil de precisar. Podríamos aproximar, grosso modo, 30 horas para el más sencillo hecho con materiales modernos, los cuales prescinden de ciertas técnicas o detalles arqueológicos, hasta 120 horas o mas, como los que planeo construir a futuro. El tiempo necesario también depende del tipo de escudo. El rectangular con un umbo metálico es mas rápido de construir que uno que lleve spina, la pieza de madera que discurre verticalmente como en el escudo, como la ilustrada en la foto superior. También varía mucho si el núcleo del escudo esta hecho con contrachapado moderno o tengo que realizar esa especie de proto-contrachapado que los romanos empleaban y elaborar el pegamento, y un largo etcétera, ya que hay características y materiales más costosos que otros. Conceptualmente, los escudos planos son los mas rápidos, baratos y fáciles de fabricar, ya que se componen de tablones. Los scvta romanos son mucho mas especializados y lentos de producir, y los áspides griegos son el infierno en la tierra, tanto por la ultra especialización necesaria para hacerlos, la gran cantidad de medios que requieren, como la ingente cantidad de horas que demandan. Actualmente tengo uno de estos en proceso, construyendo la cúpula con laminas de madera, según los esquivos restos de Olynthos, y solo el trabajo de madera serán unas 80 horas, más el trabajo que necesite para pegar el recubrimiento, pintar, fabricar las partes metálicas, etc.

El aspis en cuestión. Son 3 capas de laminas delgadas superpuestas en un ángulo de 120º y pegadas con pegamento natural a base de leche. Trabajo en proceso.

En cuanto a quienes suelen encargar tan atípico producto, el grueso son recreadores históricos y puntualmente gente a la que le gusta la historia y desea tenerlos por coleccionismo. Hay una pequeña elite en la recreación histórica a nivel europeo que hace mucho por recrear el pasado, y en parte gracias a ello, otra pequeña elite de artesanos ultra especializados en diversos rubros han surgido. Uno de ellos produjo para mi una serie de clavos y herrajes producidos con hierro de manera artesanal a partir de mineral y fueron empleados en mi Opus Magnum.

Aunque actualmente me especializo en escudos romanos, el motivo es el de economizar y racionar el esfuerzo. Prefiero centrarme en un campo o tipo de escudo (teniendo cierto conocimiento general sobre otros) y cuando lo domine, saltar a otros escudos como los griegos, celtas y germánicos, ya que la edad del hierro es mi periodo preferido.

Un scvtvm realizado con contrachapado moderno y lino como recubrimiento. La pintura se compone de un aglutinante de caseína con pigmentos naturales, salvo el azul, que es un pigmento sintético moderno. 4,3kg.

Sin duda me dejo muchas cosas, por lo que hagamos como el viejo Pregúntame y os contestaré abajo. Hay muchas fotos que querría poner, pero haría un artículo muy largo, pero puedo hacerlo en cometarios. Si os gusta la idea, podría poner ocasionalmente en el Nótame alguna foto de lo que esté haciendo en ese momento, como una especie de diario sobre mis proyectos en proceso. ¿Qué os parece?

Conocimiento arcano y en gran parte perdido que trato de recuperar. Cuando vendrá Eugenio Monesma a mi taller?